jueves, 20 de enero de 2011

Niccolo Paganini


En los conciertos corría, brincaba, retorcía su cuerpo hasta límites insospechados y todo esto mientras tocaba su instrumento al que, a pesar de quedarle solamente una cuerda, lograba arrancarle unos sonidos absolutamente fantásticos. El público, que acudía en masa a todos sus espectáculos, no daba crédito a lo que veía y escuchaba. Los hombres lo vitoreaban y aplaudían, las mujeres se desvanecían entre jadeos y todos parecían quedar extasiados ante su magistral música y su capacidad artística.
Posiblemente algunos de ustedes piensen que estoy describiendo algún concierto de rock moderno. Tal vez uno de Mike Jagger en sus buenos tiempos o quizás Jimy Hendrix.
Frío.. Frío…
En realidad se trata de un violinista nacido en el siglo XVIII y de quien decían que su habilidad musical provenía de un trato que había hecho con Satán en persona. Estoy hablando de Niccoló Paganini, el Violinista Diabólico (1782-1840).
El mito de Paganini se comenzó a fraguar cuando tenía 5 años. Su madre aseguró haber tenido un sueño en el que se le apareció el demonio y le dijo que su hijo Niccoló sería un violinista famoso. A partir de entonces su padre le obligó a estudiar música durante 10 horas al día.
Rápidamente comenzó a dar muestras de su enorme talento musical y con seis años dio su primer concierto, con nueve hizo su primera gira y a los dieciséis ya era mundialmente famoso.
Comenzó a dar conciertos por toda Europa y su caché se elevó hasta límites inimaginables para la época amasando una gran fortuna que dilapidaba sin compasión en fiestas y juegos de azar . Además, su fama como músico sólo era superada por su fama de mujeriego. Decían de él que a pesar de ser “feo, descuidado y trasudado” ejercía una extraña y poderosa atracción a las mujeres. No en vano tuvo un lío con las dos hermanas del emperador Bonaparte, entre otras muchas.
Pero lo más sorprendente de Paganini era, sin duda, su genio musical. Y no sólo por crear más de 200 composiciones musicales sino, sobre todo, por su increíble y peculiar técnica a la hora de tocar el violín.
Su cuerpo alto y desgarbado poseía un flexibilidad especial que le permitía realizar movimientos imposibles para cualquier otro, como cruzar los codos uno por encima de otro mientras tocaba o flexionar lateralmente las articulaciones de sus dedos consiguiendo llegar a notas inalcanzables para la mayoría de los mortales.
Una de sus habilidades más aplaudidas era cuando retiraba tres de las cuatro cuerdas del violín y con esa única cuerda hacerla sonar como si fueran varios violines los que tocaban. También era capaz de hacer increíbles Pizzicatos (pellizcar las cuerdas) con la mano izquierda, la mano de los trastes.
La espectacular técnica de Paganini supuso un antes y un después en la historia de la música.
Pero esta habilidad tenía un pequeño secreto y no se trataba, según se rumoreaba entonces, de un pacto secreto con el diablo. En realidad se piensa que Paganini sufría del síndrome de Marfan, una enfermedad que afecta al tejido conectivo lo que confiere a quien la padece largas y flexibles extremidades.
En 1834 dejó de dar conciertos ya que su salud empezó a deteriorarse y en 1840, por culpa de un cáncer de laringe, Niccoló Paganini falleció.

Aqui una de las piezas mas conocidas.."La Campanella"

Y para terminar una pieza interpretada por uno de lso mayores genios mundiales modernos del violín el maestro Yehudi Menuhin...