ESKRIMA the Philippino way:
En en archipiélago de las islas filipinas, confundiéndose en muchos casos la influencia de los conquistadores españoles de los que los nativos asimilaron palabras y conceptos para su expresión marcial o de lucha con la esencia de las temibles tribus guerreras que poblaron estas tierras donde las leyendas, la religión y la superstición se mezclan de tal manera que uno no sabe realmente cuando presencia una manifestación de una de ellas de forma clara; en esta parte del mundo tienen lugar por ejemplo una de las manifestaciones religiosas de raiz cristiana más llamativas y sangrientas del mundo , donde devotos o fanáticos dependiendo del prisma con que se observe se crucifican y martirizan su cuerpo salvajemente; estas expresiones populares se repiten por todo el mundo en otras razas e incluso otras religiones (como es el caso de celebraciones relacionadas con el islam donde los creyentes también castigan y laceran sus cuerpos).
Pero lo más significativo de esta región es como se integran todas estas creencias, una mezcla de cultos paganos y religión cristiana en unas zonas y mahometana en otras, con la habilidad y determinación de los guerreros y luchadores para enfrentarse al enemigo y a su probable muerte con una tranquilidad sorprendente, creyéndose protegidos por grabados tatuados sobre su cuerpo, multiplicando su habilidad y capacidad de combate a través de esa determinación hasta convertirse en armas letales con un simple palo en sus manos.
Las leyendas de "los cortadores de cabezas", de guerreros con una agresividad y una capacidad para dominar su propio cuerpo utilizando diferentes elementos.... cuchillos, machetes, palos... de forma aislada o combinados entre si, y, mostrando casi la misma eficacia letal con sus propias manos no solo forman parte de "la tradición, el cuento, y la cultura popular", es una realidad visible, y una clara expresión de lo enriquecedor que es para las habilidades en el combate la experimentación con diversos elementos o armas más allá de los límites biomecánicos de nuestro propio cuerpo...
