lunes, 11 de mayo de 2009

"Pienso, luego..."



"Cada cual es como Dios le ha hecho, pero llega a ser como el se hace"


El arte de la palabra es aparentemente dominado por comunicadores y oradores, muchos consiguen cautivarnos con su verborrea y locuacidad, pero mas allá de los artificios y la oratoria está la interpretación y el uso que hacemos de esos conceptos.
La gran mayoría se preocupa en exceso por retener y "comprender" la información que recibe tal cual le ha sido entregada, considera que es necesario dominar los recursos para integrarla cuanto antes y asi encontrarse en disponibilidad para acceder al siguiente "nivel" de conocimiento...

Demasiado amenudo se confunde la capacidad de interpretar y comprender el lenguaje con la asimilación de los conceptos y por extensión su utilidad o eficacia. Somos enormenente reacios a prescindir de información, intentamos almacenar y asimilar todo lo que recibimos y cuando algo no lo comprendemos recurrimos a adquirir nuevas habilidades que nos permitan interpretarlo sin valorar su verdadera utilidad para nosotros. Los recursos de aprendizaje están subordinados a la necesidad de comprender lo que nos llega a través de los sentidos, nos esclavizamos del conocimiento en lugar de utilizarlo.



"Pensar" es elavorar la información, filtrarla, y ello incluye inevitablemente prescindir o rechazar un volumen significativo. Nuestros sentidos en la vida cotidiana realizan esta misma labor de manera intuitiva, recibimos mas información de la que podemos procesar de manera útil por lo que inconscientemente nuestra percepción evoluciona hacia mantenerse mas alerta o predispuesta a procesar los estímulos que nos son mas reconocibles por cotidianos y de la misma manera aquellos que nos son mas extraños o alejados siempre relacionados en alguna medida con nuestra rutina.
"El pensador" no es aquel que tiene la capacidad de interpretar y procesar toda la información, ni siquiera aquel es es capaz de elavorar los recursos o procesos necesarios para comprender el entorno en el que se desenvuelve.
"El pensador" es mas sutil, mas simple, desarrolla la capacidad de prescindir de todo aquello que no le es útil, no solo en la recepción sinó también en la emisión de información, pues el proceso comunicativo es un feedback, requiere una "alimentación", yo soy capaz de hablar y comunicarme aunque no quieras escucharme, yo soy capaz de hablar y comunicarme aunque no quiera escucharte..., yo soy capaz de escucharte aunque no quieras hablarme...
Es necesario desarrollar la capacidad de poder prescindir o aislar los elementos que nos son o no necesarios en el proceso comunicativo, y cualquier interacción humana o relación entre individuos es unproceso de comunicación, nuestro cuerpo y actitud forman parte de las habilidades comunicativas y son para un observador habil y capacitado en el uso del "pensador" el mejor recurso para valorar el mensaje que circula. Esta comunicación denominada "no verbal" es el aspecto mas destacado de todo el lenguaje humano, consciente o inconscientemente manifestamos nuestras actitudes, emociones, intereses a través del lenguaje de nuestro cuerpo. La habilidad en interpretar, mostrar, ocultar, usar, prescindir, estos elementos es un arma útil y eficaz en cualquier confrontación y nos permite "crear" estrategias que salen de lo convencional y por lo tanto son difíciles de contrarestar.

Usa tu "pensamiento", se un "pensador", convierte cada extensión de tu cuerpo, cada expresión de tus sentidos en un arma que piensa o "hace pensar".

Si somos conscientes de todo el proceso de comunicación y de que manera entramos a formar parte de el , o podemos decidir voluntariamente si prescindimos interaccionar y estamos en el camino de adquirir las verdaderas destrezas para conseguir el uso óptimo de nuestros recursos por limitados que "pensemos" que pueden ser.



"NO HAY LÍMITES...
PARA EL PENSAMIENTO...
PARA LA IMAGINACIÓN...
PARA LAS VERDADERAS DESTREZAS...
SIMPLEMENTE, PIENSA...
¡SE UN "PENSADOR"! "